Pensamientos en voz alta
No puedo dormir. Tengo fiebre. Hace frío.
La noche se mantiene impasible ante mi presencia, no parece reparar en esa joven que, sentada sobre su cama, mira a través de la ventana de un séptimo piso. Todo está en silencio. Sólo una ligera niebla se atreve a salir y avanza cubriendo cuanto se encuentra a su paso. Todo ha desaparecido.
Enciendo el PC. Quizá en la jungla virtual alguien permanezca despierto. A fin de cuentas, yo lo estoy. Pero no, no hay nadie.
Llevo varios días pensando en montar un cuaderno de bitácora o blog. Ya se lo dije a mi amiga Ana, "nos tenemos que montar una web a lo Thelma y Louis y contar todas nuestras peripecias y colgar un par de fotos, eso quedará para nuestros hijos y nietos... quedará para la posteridad, ¡para siempre!". "Eso me temo", contestó.
"No te preocupes. En cuanto tenga un problema el servidor, se acabó lo que se daba." Para qué negarlo, pasa incluso en las mejores familias. Pero lo cierto es que a mí la idea me gustó. Y aquí estoy, a las 6.10 am, poniendo mi primer "artículo" (que así lo llaman aquí 
) sin saber muy bien, todavía, con qué intención.
De momento os presentaré a las dos personitas que salen en el logo. La rubia se llama Anabcn, una de mis mejores amigas, la única persona que consigue llevarme al Museo Arqueológico mientras todos los demás se van de juerga o al cine a ver "El Gran Dictador". Y la morena pues soy yo (que, como soy un poco egocéntrica, imagino que protagonizaré casi todas las historias, jeje). Juntas formamos una singular pareja, cada viaje que organizamos es como la Odisea. Somos capaces de ir a Madrid pasando por Andorra, ¿o acabamos en Portugal? Y aunque no salgan en el logo, hay unos cuantos amigos más que también os presentaré, pero tiempo al tiempo.
Y ahora llega el sueño, digo... las dedicatorias, pero seré breve porque Zzz... Como bien viene a indicar el título, dedico este blog a todos mi amigos. Todos excepcionales. Muchas gracias por esas crêpes de chocolate y helados de dulce de leche, por esas noches de pizza en nuestro restaurante de toda la vida, por esas partiditas de billar, por esos paseos en bicicleta por la playa y por las, a veces, necesarias reprimendas.
Gracias porque con vosotros nunca estoy sola ni somos dos.
Saludos para Tete que ha estado por aquí aguantándome xD
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Tete -